domingo, 1 de julio de 2007

cesar navarro





Hola------

He encontrado esta revisión del libro rojo de los lepidópteros ibéricos en Internet.
Ya que el original está descatalogadísimo, si alquien quiere echarle un ojo a este "sucedáneo"... siempre será mejor que nada.


Noticias de Insectos de Argentina y el Mundo - Más Noticias


Insectos raros para exportación

TEMAS: Biología, Zoología, Entomología, Insectos, Tráfico

Para mucha gente en Uganda, un país empobrecido, devastado por la guerra, escapar de las duras condiciones de la pobreza rural es una tarea con pocas probabilidades de éxito. Sin embargo, un joven ugandés que intentaba sobrevivir tropezó recientemente con una fuente de ingresos ideal: recolecta insectos raros de la lujuriosa selva tropical de su país, los conserva y los exporta a coleccionistas privados ricos.

Se llama John Asiimwe, de 25 años, y junta de todo tipo de insectos en las densas selvas, desde escarabajos a ciempiés y mariposas. Sus compradores son de lugares diversos, como los Estados Unidos, España, República Checa, China y Japón. Entre ellos se incluyen entomólogos que investigan especies raras y también tiendas que venden insectos montados en marcos y material para coleccionistas.

Existen restricciones para negociar con insectos raros, que son impuestas y controladas por la Convention on International Trade on Endangered Species of Wild Fauna and Flora (CITES), de la cual Uganda es uno de los países signatarios.

CITES es un acuerdo internacional voluntario entre los 164 gobiernos que son miembros actualmente. La convención procura asegurar que el comercio internacional de especímenes de animales y de plantas salvajes no amenace su supervivencia. Hay cerca de 5.000 especies de animales y 28.000 especies de plantas protegidas por el CITES de la sobreexplotación por el comercio internacional.

Barbara Musoke, portavoz de la autoridad de la fauna de Uganda (UWA), dijo que su gobierno no ha otorgado concesiones para el comercio de insectos. "La mayoría de los insectos muy buscados se pone en peligro. Ni siquiera podemos considerar que se comercie con ellos", dijo.

Expertos en conservación, sin embargo, dicen que se exportan regularmente cantidades significativas de dichos insectos y de otras especies de Uganda sin supervisión. Advirtieron que el comercio de insectos raros debe ser supervisado de cerca para evitar el agotamiento de las especies naturales, algo que, si sucede, además trastorna el ecosistema.

Se exportan insectos de Uganda vivos y muertos . La mayoría de los exportadores no los crían, sino que los toman de la naturaleza. Los insectos preferidos son los que son especialmente brillantes, grandes, hermosos, como los escarabajos Goliath, que se venden en EEUU a hasta u$s 100.

Dino Martins, presidente del Insect Committee of Nature Kenya, dijo "dado que Uganda es signatario de CITES, está limitado por convenciones contra el comercio incontrolado de especies. Pero en este momento carece de capacidad de supervisar ese comercio en el país". "Es necesario animar a los exportadores potenciales a que los críen, para después comerciarlos con licencia."

Musoke dijo que el UWA ha tendido a centrarse en animales más grandes, más que en especies pequeñas, porque la sensación es que son éstos los que están en peligro. "Hemos tenido tendencia a centrarnos en los animales más grandes, como los cocodrilos, pero los investigadores están estudiando los insectos en varios parques en este momento", agregó.

Ella observó en este contexto que el UWA estaba enterado de que un estudiante graduado de la universidad de Makerere de Uganda ha recogido una gran cantidad de insectos y los ha vendido en el mercado de exportación. "Estamos manejando el asunto", dijo ella.

Hace tres años, Asiimwe no sabía casi nada sobre la vida de los insectos de Uganda. Ahora él se siente un experto, manejando con facilidad los nombres en latín de las especies y hablando en detalle sobre los hábitats de los insectos y sus estaciones de acoplamientos. "Cuando comencé, necesitaba dinero", dijo. "Mi familia es de una aldea muy pobre y había estado sin trabajo por casi dos años."

Comenzó en el asunto al tropezar su camino con un viejo hombre de su aldea, Aziz Matovu, que preservaba escarabajos muertos en waragi (también conocido como ginebra de Nubian). Pensando al principio que esa podía ser una "cierta clase de brujería", él le preguntó al anciano que es lo que hacía.

Asiimwe dijo que Matovu le relató sobre el mercado global de insectos que había descubierto después de una reunión ocasional con un comprador japonés en la capital, Kampala. Incluso le dio a Asiimwe algunos contactos, puesto que él tenía problemas para cumplir con la demanda.

Los precios de los insectos varían, dependiendo de quién los quiere y para qué. Una araña nunca vale más de u$s 3, lo que hace que no sean dignas de molestia, "porque son venenosas y les temo", dijo Asiimwe. Sin embargo, una mariposa puede valer hasta u$s 20, un escarabajo macho hasta $30. Uno de los escarabajos raros más buscados de Uganda, el Mecynorrhina ugandesis, si está en buenas condiciones y bien preservado vale u$s 100.

El precio de un insecto es determinado por la calidad, el tamaño y la rareza del insecto. Los insectos de Uganda tienen valor, porque son raros y hay muchas personas que los coleccionan. Como en todo artículo, si la demanda es más alta que la oferta el precio es más alto.

Los colectores como Asiimwe se entrenan recibiendo imágenes de las especies buscadas e indicaciones de dónde encontrarlas, incluso en qué estación y en qué hora del día es mejor buscarlos. Los norteamericanos son los que más pagan. En una buena tarde, se puede juntar un paquete de entre u$s 300 y u$s 400. "El pedido más extraño que tuve fue de un chino que pagaba u$s 150 por un gramo de veneno de las abejas africanas", dijo Asiimwe.

Con los ingresos, él ha podido, entre otras cosas, mudar a sus padres de su choza cubierta con paja y paredes de barro a una casa de tres habitaciones con paredes de ladrillo.

La caza de insectos de la naturaleza en cantidades desmedidas puede, en algunos casos, eliminar polinizadores esenciales en ciertas áreas. Esto afecta a su vez a la propagación de muchas especies de plantas, incluyendo algunos cultivos alimenticios. La caída de producción en los cultivos, causada de esta manera, puede producir escasez de alimento y sufrimiento en la comunidad humana.

Otras especies de insectos, que descomponen la materia orgánica, desempeñan un papel crucial en el enriquecimiento del suelo, ayudando a mantener la fertilidad de las tierras de cultivo. Su eliminación puede afectar también la producción de alimentos. Por otra parte, muchos insectos tienen ciclos vitales asombrosamente largos, significando que su éxito reproductivo se puede comprometer muy fácilmente si se realiza una colección insostenible, lo que lleva a su eliminación.

Asiimwe dijo que él tiene permiso para recoger insectos. Para conseguirlo, fundó un grupo local de investigación y conservación, al que llamó Nature África, y afirma que él ahora es "un conservationista dedicado".

Asiimwe y otro entomólogo estudian la viabilidad de establecer una granja de crianza de insectos, lo que les permitiría aumentar la exportación de las especies más valiosas de África central de una manera sostenible. El pasado mes de octubre otro ugandés, Olipioana Oba, inauguró la primera granja de mariposas del país, que exporta crisálidas vivas (aproximadamente u$s 2 por crisálida) al Reino Unido, los EEUU y los Países Bajos. En Kenia existen granjas similares, como el proyecto Kipepewo en la costa.

La World Conservation Union estima que existe un comercio internacional anual de fauna de unos mil millones de dólares. El comercio es variado, desde animales vivos y plantas a un arsenal extenso de productos derivados de la fauna. Pero esta entidad advierte que los niveles de la explotación de ciertas especies de animales y de plantas son altos, y hacer negocio con ellos, junto con otros factores, tales como pérdida del habitat, llevará a agotar sus poblaciones e incluso llevar a las especies cerca de la extinción.

Más información:
[ Esta página se accede desde http://axxon.com.ar/mus/Insectos.htm ]

Insectos comestibles: importante fuente de proteínas en el Africa Central
Son nutritivos, lucrativos, y un buen control biológico contra las plagas
8 de noviembre de 2004, Roma -- Los insectos comestibles, como algunas orugas y larvas, son importantes fuentes de proteínas y deberían tomarse en cuenta como recurso para incrementar la seguridad alimentaria en los países del Africa central, declaró hoy la FAO.

En muchos países de esta región las orugas son un alimento importante, informa la FAO en un documento publicado hoy. Cerca del 85 por ciento de los participantes en un estudio realizado en la República Centroafricana consumen orugas, el 70 por ciento en la República Democrática del Congo y el 91 por ciento en Botswana.

"Los insectos comestibles de los bosques son una importante fuente de proteínas y, a diferencia de los procedentes de las tierras agrícolas, no están contaminados de plaguicidas", señala Paul Vantomme, experto forestal de la FAO.

Alto contenido nutricional

Cada 100 gramos de orugas secas contiene cerca de 53 gramos de proteínas, un 15 por ciento de grasas y alrededor del 17 por ciento de carbohidratos. Su valor energético ronda las 430 kilocalorías por cada 100 gramos. Los insectos además tienen una mayor proporción de proteínas y grasas que la carne de bovino y el pescado, y un elevado nivel de energía.

Según la especie de que se trate, las orugas contienen abundantes minerales, por ejemplo: potasio, calcio, magnesio, zinc, fósforo y hierro, además de diversas vitaminas. La investigación revela que 100 gramos de insectos proporcionan más del 100 por ciento de las necesidades diarias de los respectivos minerales y vitaminas.

"Debido a su elevado valor nutricional, en algunas regiones se utiliza la harina de orugas en la alimentación infantil para combatir la malnutrición", explica Paul Vantomme. "Al contrario de lo que podría pensarse, en muchas regiones las orugas no representan un alimento que se consume en situaciones de emergencia, sino que forman parte integral de la alimentación cotidiana, de acuerdo a su disponibilidad estacional. Son consideradas un manjar", señala.

Fuente de ingresos

La recolección de insectos comestibles también es una buena fuente de ingresos, en especial para las mujeres, ya que requiere una escasa inversión si se recogen a mano. Es muy frecuente encontrar insectos en los mercados locales de las aldeas, mientras que algunas especies más codiciadas, como las orugas Sapelli, llegan a los mercados urbanos y a los restaurantes.

El comercio transfronterizo de insectos comestibles no sólo es importante en los países del Africa central, sino también en el Sudán y Nigeria. Se exportan en menor volumen a Francia y Bélgica, dos países que según el estudio importan al año alrededor de 5 y 3 toneladas, respectivamente, de un tipo de oruga seca procedente de la República Democrática del Congo. Las exportaciones anuales a Bélgica tienen un valor de 41 500 dólares.

Cosecha de insectos y recursos forestales

Muchas especies de orugas se nutren de hojas frescas. Aunque los árboles suelen reaccionar produciendo más hojas, pueden perder vitalidad si las orugas atacan repetidamente. Por ello, recoger las orugas contribuye a mantener la reproducción natural de los árboles y sirve de control biológico contra las plagas.

"Con frecuencia no se toma en cuenta el valor nutricional y económico de los insectos comestibles, y debería promoverse su obtención y comercialización, en vista de los beneficios que representa para el medio ambiente y la salud humana", afirma Vantomme.


Alimentación Sana

La Sección del Chef

Quiero comer insectos...


Lo primero: ¿qué insectos son comestibles? Hay 1,462 especies registradas de insectos comestibles. REGISTRADAS: sin duda hay muchisimas más que no han llegado hasta los libros. Casi cualquier tipo de insectos (incluyendo las cucarachas, aunque son poco nutritivas) es comestible: las hormigas tienen un sabor avinagrado, por el ácido fórmico (esto se reduce al hervirlas). Los grillos saben a pollo, las tarántulas tienen abundante carne blanca, de un sabor parecido al salmón. Aunque no son insectos, uno de los animales más frecuentes en los platillos entomófagos (entomofagia es la práctica de comer insectos) son las lombrices de tierra.

Los insectos se pueden atrapar o comprar; en muchos países los venden las tiendas de carnada o las de mascotas, que los utilizan para alimentar reptiles. Cazarlos puede ser más riesgoso, dada la posiblidad de encontrar pesticidas.

Sea cual sea el método empleado para conseguirlos, los insectos deben purgarse y lavarse muy bien antes de consumirse. NO consumas insectos si no los recibiste vivos. El primer paso es dejarlos en un recipiente ventilado, del que no puedan escapar (para los que no saltan, basta con untar de aceite unos dos centímetros de el borde del frasco), con verdura fresca durante 24 horas. Después, hay que lavarlos con abundante agua y secarlos. Para matarlos, se utilizan el frío (al congelador por 15 - 20 minutos) o el calor (unos instantes en agua hirviendo). Algunas recetas piden que se les fría vivos - otras, que se les coma vivos.

Una manera muy fácil de comenzar a consumir insectos es preparar harina con ellos y utilizarla como se utilizaría la harina normal en cualquier platillo. Se puede hacer harina de grillos, lombrices, mariposas o casi cualquier otro insecto.

Como preparar harina de insectos:
Extiende los insectos limpios en una charola ligeramente engrasada. Precalienta el horno a 200o F y seca los insectos por aproximadamente 1 a 3 horas. Cuando estén listos, deben estar bastante frágiles y romperse fácilmente. Pon los insectos secos en una moledora y muele hasta que tengan una consistencia similar al germen de trigo. Usa en cualquier receta; la harina de lombriz sabe y huele como tocino seco; intenta espolvorearla en saladas, sopas, pan...


¿Quiénes comen insectos?

Gran cantidad de animales de todos tipos (insectos, aves, reptiles, mamíferos - ¿el Oso Hormiguero? - y peces) hacen de los insectos parte principal - o única - de su dieta, pero también los humanos pueden hacerlo: según la Biblia, Juan el Bautista se alimentaba de langostas y miel (). Pero también en México hay gran cantidad de insectos o artrópodos que se consumen como platillos gourmet o parte de la comida tradicional. Por ejemplo, los escamoles, jumiles, gusanos de maguey son muy comunes. Los aztecas comían larvas de mosca, en Oaxaca se venden grillos en los mercados. En distintos lugares se comen las hormigas voladores que salen en época de lluvias, llamadas chicatanas en Guerrero y nucú en Chiapas.

El resto del mundo tiene también muchos ejemplos de esto:
Japón: Los japoneses han comido insectos como parte de su dieta desde tiempos antiguos. Esta práctica probablemente empezó en los Alpes Japoneses, donde se consumen muchos insectos acuaticos. Hace años, esta región tenía una gran población humana y poca proteína animal; los insectos solucionaron en parte este problema. Si fueras a un restaurante en Tokio, probablemente podrías probar alguno de los siguientes platillos:
• hachi-no-ko - larvas de avispa hervidas.
• zaza-mushi - larvas de insectos acuáticos.
• inago - grillos de campo de arroz, fritos.
• semi - cigarras fritas.
• sangi - gusanos de seda fritos.
La mayoría de estos insectos son atrapados, excepto los gusanos de seda, que son un producto de la industria de la seda: los gusanos son críados en grandes números por su habilidad de producir seda; una vez que pupan no producen más seda y se utilizan como alimento.

Algeria - Los nativos de Algeria recolectan grandes cantidades de langostas para utilizarse como alimento; son un recurso valioso para la población pobre. Las langostas se cocinan en agua salada y se secan al sol; no solo se recolectan como alimento, sino que son vendidas en los mercados.

Australia- Los aborígenes Australianos comen muchos tipos distintos de insectos: en las montañas Bogong se reunen para alimentarse de las polillas de Bogong. Las larvas de ciertos insectos que crecen en las raíces de acacio son comidos crudos o cocidos, y supuestamente saben a almendras. También hay especies de hormigas que almacenan miel en sus abdómenes.


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POSTRES CON INSECTOSPlátanos flambeados al ron con insectosFreir unos plátanos en una sartén untada de mantequilla durante unos minutos. Añadir a continuación crisálidas de mariposa u otros insectos lo suficientemente grandes. Rociar con ron. Hacer flambear muy poco tiempo, lo bastante para cocinar los insectos en el alcohol, y consumir inmediatamente, aún caliente.
Insectos al chocolateFundir chocolate negro al baño maría con azúcar y un poco de mantequilla. Preparar los insectos, que pueden ser pequeños, como hormigas, o más grandes, como grillos, saltamontes, larvas, crisálidas, etc. Empapar los insectos en el chocolate fundido, retirar y dejar endurecer el chocolate a temperatura ambiente o en el refrigerador. Toda la dificultad está en la composición y la capa del chocolate. Hay numerosas alternativas posibles con chocolate blanco, chocolate negro, con avellanas, etc.
Galletas de grillos al caramelo a la mexicana10 grillos y 100 gramos de pollenta por persona) Saltear los grillos durante unos minutos en una sartén con un poco de mantequilla o aceite. Preparar o comprar minigalletas de pollenta (harina de maíz - una pequeña galleta por persona). Colocar los grillos una vez hechos sobre la galleta. Preparar un caramelo haciendo fundir azúcar y agua en una cacerola. Cubrir los grillos con caramelo caliente, sin tardar demasiado para evitar que el caramelo endurezca. Decorar con discos de kiwi, frambuesas y con crema (crema Chantilly, crema pastelera, o helado de vainilla). Conservar en el refrigerador. Servir fresco con champán o cava.
Helado de insectosPreparar un helado según el método habitual. Existen varios tipos de helados (ver recetario) y cada uno de ellos tiene unas características de elaboración diferentes según los ingredientes. La idea es añadir los insectos en el helado líquido antes de que éste acabe enfriándose en el refrigerador. Servir fresco con los insectos visibles entre el helado. Es de un atractivo efecto decorativo garantizado, con numerosas alternativas posibles: ténébrions en helado de fresa para postre, grillos con o sin larvas en helado muy ligeramente salado,etc.
Sorbete de grillosIntroduzca insectos en la receta de su sorbete preferido. ¿Conocían por ejemplo el sorbete dulce de limón con larvas de drosophila, o el sorbete de frambuesas con cochinillas? La cochinilla no es un insecto, pero este pequeño animal se presta sin embargo muy bien, como los insectos, a una serie de deliciosas preparaciones culinarias más o menos elaboradas.
Pan de grillosExisten dos métodos diferentes. Uno consiste en integrar una determinada proporción (que no sobrepase un 25 si se quiere que el pan aumente correctamente) de harina de grillos o insectos en la masa de pan. Otro, más decorativo, consiste en integrar grillos enteros, en la masa de pan, como se hace para el pan con pasas o para el pan con avellanas. Se puede alternar, por supuesto, con otras especies a parte del grillo: pan de langostas, pan de coleópteros, pan de hormigas.
Crema pastelera con huevos o larvas de drosophilaPreparar una crema pastelera triturando huevos de drosophila. Estos minúsculos huevos puestos por las "moscas del vinagre" destacan el gusto azucarado y consistente de la crema añadiendo al mismo tiempo un ligero toque de acidez muy apreciado (ni mucho ni poco, todo el arte está en la dosificación)
Harina de insectosExtiende los insectos limpios en una cacerola ligeramente engrasada. Precalienta el horno a 90º C y seca los insectos aproximadamente de 1 a 3 horas. Cuando estén listos, deben estar bastante frágiles y romperse fácilmente. Pon los insectos secos en una batidora y tritúralos hasta que tengan una consistencia similar al germen de trigo. Usa en cualquier receta; la harina de lombriz sabe y huele como tocino seco; intenta espolvorearla en ensaladas, sopas, pan...
Pastel de frutas e insectosIngredientes:1 taza de harina de grillos. 1/4 taza de pasas. 1/4 taza de cuadritos de fruta seca (durazno, manzana, dátiles, etc.) 1/4 taza de agua.Esta receta es tradicional amerindia y no incluye nuevos descubrimientos (como la levadura). Es, sin embargo, una delicia muy nutritiva, con abundantes proteínas, carbohidratos, azúcares y 2 de grasa (menos que la mayoría de las granolas).Elaboración:1. Mezcla los ingredientes hasta que tengas una masa espesa. 1. Estírala en tiras del tamaño de un dedo y ponlas en una cacerola ligeramente engrasada. 2. Hornea a 175º C durante 20 minutos o hasta que el exterior esté dorado oscuro y un palillo salga limpio. 3. Deja enfriar y sirve. Variaciones: Agrega 1/4 de taza de avena y un poco más de agua para una consistencia más parecida a la granola. Utiliza distintos tipos de harina de insecto para variar los sabores.


¿Apetece usted una tarántula en salsa?
Si sorprende a su alrededor a algún niño que saborea cierta clase de insecto, no se horrorice, tal vez esté disfrutando de un manjar y colaborando con el equilibrio ecológico.

CARMEN ROS comenta en un articulo publicado en El Nuevo Herald:
Según Gene R. DeFoliart, un ento-mólogo (estudioso de los insectos) retirado de la Universidad de Wisconsin, el hecho de recuperar o iniciar la tradición de ingerir insectos comestibles reduciría el uso de pesticidas y, en consecuencia, la polución orgánica. Sin embargo, tal tradición no pertenece únicamente al pasado o a un futuro hipotético. Palpita actualmente en muchos lugares del planeta, incluyendo a Miami. «Yo presenté una salsa de chicatanas (hormigas voladoras) con chile guajillo sobre filete mignon en el Hotel Biltmore durante el II Festival Gastronómico A Taste of Mexico, el pasado noviembre», cuenta la prestigiosa chef mexicana Susana Palazuelos, quien es autora, entre otros libros, de Mexico the Beautiful Cookbook, con 200,000 ejemplares vendidos. «En Ometepec, en el Estado mexicano de Guerrero, durante el mes de junio los postes de la electricidad se llenan de estas hormigas voladoras. Mueren muy rápido y caen al piso, entonces la gente las recoge para asarlas con limón, o bien las guardan ya asadas para tener todo el año», continúa Palazuelos.

CLINTON COMIO ESCAMOLES EN MEXICO Susana explica que en algunos hoteles lujosos de su país, en los que suelen hospedarse ejecutivos extranjeros, se ofrece un platillo de variados insectos: jumiles (especie de grillos), escamoles (huevos de hormiga roja) y gusanos de maguey. «Cuando el presidente Bill Clinton visitó México, comió escamoles. Es un platillo gourmet, como sucede con los caracoles para los franceses», observa la chef. Los escamoles despliegan diversas posibilidades en la mesa, pues «colocados en una tortilla, luego de saltearlos en mantequilla con epazote y cebolla, se les ponen unas chispas de guacamole. Pero cualquiera se chupa los dedos con una sopa de nopal (cactus), escamoles y gusanos de maguey. En mi país, un buen restaurante de comida mexicana debe tener escamoles durante la temporada, pues son tan apreciados como el caviar», se saborea Palazuelos.


Tal parece que en México la costumbre de disfrutar en la mesa platillos de insectos no es exclusiva de gourmets, sino que se extiende a todos los niveles sociales. Herminia Salvador, una trabajadora doméstica de la ciudad de México, expresa que «la salsa de mariposas es buenísima. Se puede hacer la misma receta con grillitos. Con estas salsas cualquier taquito es comida de fiesta». Si en el país que mencionan Palazuelos y Salvador existe la tradición de saborear insectos, en otras latitudes no se quedan atrás. El fotógrafo Peter Menzel y su esposa, Faith D’Aluisio, recorrieron diversos países con la intención de degustar muchos de los platillos que se elaboran con insectos. Esta peculiar experiencia quedó consignada en Man Eating Bugs.

The Art and Science of Eating Insects, el libro que ambos publicaron el año pasado. Menzel y D’Aluisio dan cuenta de su convivencia al lado de los indios yanomami de Venezuela, con quienes disfrutaron del sabor de la theraposa leblondi, la tarántula más grande del mundo. Este arácnido se asa y después de siete minutos se pela. Una vez que se le hayan quitado las patas, se paladea el abdomen, que es donde hay mayor concentración muscular. La carne es blanca y «sabe a cangrejo ahumado», evoca el autor en uno de los capítulos del libro. HALLAZGOS GASTRONOMICOS La zaza-mushi o larva acuática fue uno de los hallazgos gastronómicos del fotógrafo y su esposa a su paso por Japón. Sobre este insecto explican que se paladea hervido, y salteado en salsa de soya y azúcar, además de exigir un trabajo laborioso y un precio alto, pues un recolector profesional apenas puede recoger diariamente cinco libras, las que vende a 40 dólares cada una. Los autores observaron que en Camboya las tarántulas se pueden comer fritas y que se les reconoce como un tónico para la virilidad. Del recorrido que hicieron por Indonesia, resulta llamativo un platillo de arroz adornado con pimientos rojos junto con libélulas saladas y fritas en aceite de coco.

Respecto a Tailandia señalan, entre otros insectos, una especie de termitas con las que se condimenta alegremente el arroz hervido. Menzel precisa que China es un país de 1,000 millones de habitantes y que tiene alrededor de 300 culturas diferentes. El autor se asombra de los mercados de este país, donde se venden gran variedad de insectos, muchos de ellos provenientes del cultivo, como los escorpiones que se comen fritos sobre arroz. O bien los escarabajos de agua, que marinados en jengibre y salsa de soya alrededor de una rosa tallada en zanahoria, logran una admirable presentación estética. Menzel también encontró el cultivo de ciertos insectos en Botswana, un país del sur del continente africano. El fotógrafo refiere que en tal país los gusanos mopane, llamados así porque se alimentan de un árbol con ese nombre, son orugas comestibles que se cultivan por su alta demanda en otros países de Africa. Estos insectos se comen secos y su valor proteico es tres veces mayor al que tiene la carne de res por unidad de peso. Menzel y D’Aluisio cuentan que en ciertas regiones de Australia, los aborígenes tienen gran afición a las larvas de las mariposas nocturnas y que las recolectan escarbando bajo los arbustos del desierto.

Otros comentarios
La costumbre de alimentarse con insectos está arraigada en numerosos países y puede desarrollarse también en la Argentina: especialistas de la UNLP afirman que existen especies de insectos que son comestibles y tienen alto valor nutritivo. (Insectos y alimento en jornadas de la Universidad de la Plata)


La simple mención de que los insectos pueden ser una importante fuente de alimentación para el ser humano generará, seguramente, repulsión a más de una persona. Pero, en realidad, constituye una comida con alto valor proteico y nutricional, aprovechada en distintas partes del mundo.
Así lo ponen de manifiesto especialistas del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), donde se dio comienzo a una serie de charlas referidas al tema.
"La entomofagia, la costumbre de comer insectos, fue practicada por distintas comunidades aborígenes, como los mocovíes. Comían langostas, hormigas y piojos. En la actualidad no es una costumbre común en la Argentina, ya que se da más que nada en las regiones tropicales, donde los insectos son muy abundantes", explicó a Hoy Marta Loiácono, investigadora del CONICET y docente de la Facultad de Ciencias Naturales.
Si bien en nuestro país no existe tanta abundancia de especies para que pueda desarrollarse esta costumbre, en algunas provincias pueden encontrarse hormigas atta que, según Loiácono, eran comidas por los indígenas, ya que "su abdomen es muy suculento". También son comestibles ciertas especies de langostas y larvas que se encuentran en nuestro hábitat.

"Los insectos que se pueden ingerir tienen un valor nutricional importante. Poseen alto contenido proteico, mayor que las carnes, y grasas poliinsaturadas que no son dañinas para el organismo. Nuestro objetivo es que la gente empiece a mirar a los insectos como futuro recurso de alimentación, no sólo humano sino para mascotas", agregó Loiácono. También sostuvo que en un futuro no tan lejano "todas las fuentes de proteínas serán bienvenidas", aunque reconoció que actualmente la gente siente aversión por este tipo de alimento. "En realidad, también hay una cuestión cultural porque existen artrópodos como las langostas, los cangrejos y los langostinos que son exquisiteces culinarias y salen carísimas. Pero si a la gente le pedimos que coma insectos del mismo grupo taxonómico, que encima son vegetarianos y no carroñeros como los cangrejos, eso genera repulsión", sostuvo la especialista.

Este tipo de alimentación está más arraigada en países de Africa Central, Asía y América Latina (Brasil, Venezuela y México). Se calcula que son comestibles cerca de 1.500 especies de insectos, aunque los especialistas aclaran que existen muchas otras especies que son venenosas y que deben ser evitadas.
(DiarioHoy.net)


La disertación mencionada fue dirigida a la comunidad en general y se realizó el 24 a las 16 en el Auditorio del Museo de Ciencias Naturales, a cargo de Loiácono y de Cecilia Margaría (docente e investigadora de la UNLP). Ambas son las autoras del trabajo de divulgación científica "Insectos: ¿un recurso alimentario del futuro?" que, el año pasado, recibió una mención de honor en un concurso organizado por la Asociación Argentina para el progreso de las Ciencias.